"Pretender que se ha “detenido a la cúpula” de una organización que ni es organización ni tiene cúpula es, sencillamente, un esperpento. Si le añadimos la patética foto del policía español, a estas horas ya pasada por Photoshop miles de veces, mostrando una careta de Anonymous como si fuera una prueba de la pertenencia a Al Qaeda de los tres detenidos, la cosa ya pasa a ser directamente de película de Torrente. Considerar delito un ataque distribuido de denegación de servicio cuando es en la práctica completamente imposible detener a quienes lo llevaron a cabo porque suelen ser cientos o miles de personas es una barbaridad judicial: nada desacredita más al sistema que promulgar leyes de imposible ejecución. Pero organizar una mascarada para detener a tres pobres ciudadanos que aunque puedan simpatizar más o menos con Anonymous, si algo no son es su “cúpula” – completamente inexistente – es directamente patético, y merece lo que está recibiendo: el ridículo y la burla internacional."
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