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22 agosto, 2011

Las agresiones de la policía se pagan…baratas

Fernando BerlinRadiocable.com

El 21 de marzo de 2003, miles de ciudadanos salieron a protestar por todo el país contra la invasión de Irak. Los incidentes fueron múltiples y sonrojantes y la actuación policíal, una vez más, desmedida. Entonces gobernaba Aznar.

Tras una de las cargas policiales, un vídeoaficionado captó la siguiente escena: una mujer increpaba a los agentes por la brutalidad empleada, mientras sus acompañantes esperaban a una ambulancia. Había una persona tendida en el suelo.

Uno de los policías, sin mediar palabra, se dirigió a la mujer que le había increpado y le propinó un brutal golpe seco que la dejó en el suelo, ante la perplejidad de sus amigos.





El vídeo tuvo una enorme difusión por Internet, -vía mail, básicamente, pues youtube no nació hasta 2005- y fue finalmente emitido por Localia y por Telecinco.

El ministerio del Interior, forzado por la presión, anunció una investigación. Diez meses depués se resolvió el expediente, según reveló la Cadena Ser.

El agente, protagonista de la brutal agresión, fue sancionado con tan solo cinco días de suspensión y sueldo, la sanción mínima. Y eso que el acto se produjo ante una cámara.
“Otra manifestante herida en una pierna en otra carga policial no ha podido tener la satisfacción de ver como se sanciona a su presunto agresor. El caso, llevado por la vía penal, se ha archivado porque el juzgado de instrucción numero 25 de Madrid no ha podido identificar al agente antidisturbios responsable de los hechos” -decía la misma noticia
¿Cuantas actuaciones similares quedan lejos de los focos durante una carga? Claro que no se puede hacer de estos casos una causa general contra la policía, pues muchos de ellos cumplen con su trabajo de forma honesta, seguramente. Sin embargo mientras no se castiguen con contundencia los excesos, la impunidad seguirá caracterizándolos. Y mientras los responsables políticos sigan marchándose de rositas nada cambiará.

Ayer volvió a pronunciarse Dolores Carrión, la delegada del gobierno en Madrid, tras la nueva agresión captada por las cámaras. Cree que las cargas fueron “proporcionadas” salvo en casos “aislados”. Interior, ayer como entonces, ha anunciado que investigará los hechos. Pero ¿debemos prevér el mismo resultado?

Dolores Carrión fue un nombramiento del Presidente del gobierno por lo que pocos en el gobierno se atreven a pedir su cese abiertamente. Sin embargo Carrión ha dado muestras suficientes de su incapacidad para gestionar ese departamento. Si el gobierno no la cesa, estará legitimando esa impunidad en la que se ven algunos policías, pero, también, estará evocando los peores recuerdos del final de la legislatura de Aznar y dando la razón a quienes dicen que, al final, unos no se diferencian tanto de los otros.

http://www.escolar.net/MT/archives/2011/08/las-agresiones-de-la-policia-se-pagan-baratas.html

19 agosto, 2011

Solo por informar - Ciudadanos y periodistas agredidos

Seguimos con lo que habrá que empezar a llamar represión y brutalidad policial sin más,  contra ciudadanos indefensos o periodistas a los que se les impide informar a base de palizas, intimidaciones y denuncias por parte de policías a los que se les permite ir sin placa para que no puedan ser denunciados personalmente.




Los otros dos chicos agredidos

"[...] No entendía nada. Solo estaba haciendo fotos y más cuando previamente me había identificado como fotógrafo y me habían indicado el lugar en el que podía estar, que en ningún momento abandoné. Solo acertaba a preguntar “¿Por qué?” y proteger la cámara. En ese momento recibí varias patadas y puñetazos, culminados por otra ronda de porrazos. “La cámara, que me des la puta cámara te he dicho”.

Ví que tenía mucho que perder. Estaba solo y sin testigos (o eso creía yo), usando mi propio equipo. No creía que las fotos que había hecho compensaran poner en riesgo la cámara y los objetivos. En ese momento comencé a decirle que le daba la cámara pero que pararan. Parece que estas palabras calmaron su ira hacia mí y volvió a dirigirse a la chica. Un compañero suyo comenzó a gritarme que me fuera, me levanté e intenté salir corriendo. Iba con la cabeza agachada y topé con otro policía. Me ordenó quedarme en el suelo y le dije lo que me acababa de decir su colega.

Pero vino lo peor. Un porrazo en la nuca que me paralizó por completo durante unos segundos. De pronto dejé de sentir que tenía un cuerpo y me desplomé. Caí al suelo de una pieza. Ahí supe qué es el miedo. No sentía mi cuerpo, daba órdenes a mis brazos para sujetar la cámara pero eran inútiles. Desde el suelo seguía viendo como me miraba un policía. Se me nubló la vista y perdí la conciencia durante un par de segundos. Cuando la recobré, el jefe había ordenado retirada. El policía que me miraba se estaba yendo cuando vió un objeto en el suelo “¿De quién es esta funda?”. “Mía” conseguí decir, a lo que el respondió tirándomela a la cara. Supongo que después de como me habían tratado, agacharse y dejarla al lado de quién habían estado apaleando era demasiado…

Y ahí me dejaron. Tirado en el suelo después de la paliza por hacer dos fotografías.
[...]"

Texto completo:
(enlace anterior saturado mira aquí)

Lidia Ucher periodista retenida por la policía nacional en Sol