Conozco perfectamente la mecánica de desarrollo de este tipo de informes, y lo que he podido saber de éste no es ninguna excepción. Textos de partida completamente sesgados que horrorizan a los pocos expertos que están “del otro lado”, intentos desesperados por proponer enmiendas a dichos textos, cambios introducidos entre reuniones, redacciones finales de conclusiones completamente manipuladas, exigencias de tiempos de revisión mínimos ante dichos cambios… todo lo que me han ido comentando coincide perfectamente con este tipo de guiones. Al final, un informe que aunque por exigencia taxativa de la minoría termina introduciendo un pequeño párrafo en su página 19 que dice
“En este contexto será necesario adecuar la posible revisión del marco regulador y de competencia con garantizar el “principio de no discriminación del tráfico” en los servicios de acceso a Internet, planteado por los proveedores de aplicaciones, contenidos y servicios online como medida esencial para mantener la enorme capacidad de innovación en el ecosistema digital”,se dedica a ignorar dicho párrafo abiertamente en otras partes del informe y en las conclusiones del mismo. La idea de que la neutralidad de la red, cuya definición e incluso cuyo nombre como tal fue deliberadamente excluído del informe, es algo que debe negociar un comité es el error de base. La neutralidad de la red no puede estar a expensas de lo que recomienda un comité de expertos en cuya composición predominan claramente las operadoras y las partes influenciadas por éstas. La neutralidad de la red es una característica fundamental y definitoria de internet que las operadoras pretenden eliminar con el fin de ganar más dinero a corto plazo, y de la que se defienden con el chantaje innoble de “si no podemos llegar a nuestros objetivos de rentabilidad, no invertiremos”. Como tal, la neutralidad de la red es innegociable, porque lo que plantea es simplemente que si no quieren invertir, será imperativo buscar otros modelos de desarrollo de infraestructura. Es decir: si las operadoras no quieren invertir en el desarrollo de la red quiere decir que la red se ha vuelto demasiado importante como para dejarla en manos de las operadoras. Lo demás, son comités manipulados, cambios en los informes introducidos de manera subrepticia y a espaldas de otros miembros, y posiciones de negociación completamente desequilibradas.
Que un informe que atenta contra la regla más básica de la red se niegue expresamente a utilizar el término “neutralidad de la red” y a introducir su definición es algo que simplemente no es de recibo. Que deliberadamente ignore que el pasado 1 de diciembre de 2010, el Senado de nuestro país aprobó por unanimidad, tras dura lucha con el lobby de las operadoras, instar al gobierno a garantizar por ley el principio de neutralidad de la red no es una omisión casual, sino que directamente convierte al informe “Agenda Digital para España” en un informe de parte.
Un informe de parte en el que de manera descarada se ha venido a introducir a dos personas en el comité con el fin de justificar supuestamente unas conclusiones desequilibradas, que van en contra de la red y de su naturaleza, y que sencillamente, no debe ser tenido en cuenta. El lobby de las operadoras tiene la mano muy larga, y en este gobierno (cuyo partido fue, paradójicamente, el que llevó al Senado la moción a favor de la protección de la neutralidad de la red) parece que mucho más. Pero siguiendo sus pretensiones, todos estaremos mucho peor. Eso, y no las recomendaciones de comités claramente manipulados, es lo que el gobierno tiene que tener claro. Para lo demás, Telefonica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario